Robinson, Ken

Escuelas creativas (Ken Robinson, 2015) y Las escuelas que cambian el mundo (César Bona, 2016) son dos libros centrados en experiencias que se realizan en las escuelas a ambos lados del océano.

Ken Robinson se centra en Estados Unidos y comenta vivencias de distintos centros educativos (escuelas e institutos) de ese país con lo que la lejanía hace mella en su lectura, no obstante hay algunas ideas interesantes. Es un libro que se basa en la implicación del profesorado en cambiar la realidad en la que está e involucrando a familias y alumnado.  Es un libro fundamentado en multitud de informes (casi todos americanos) y en el que desarrolla su famosa charla TED «Cómo la escuela mata la creatividad».

Está compuesto por 10 capítulos donde recoge impresiones, ideas y opiniones sobre diferentes temas de gran interés como: la manera de evaluar, el uso de las TIC, la participación y poder de decisión del alumnado, las familias, la dirección de los centros, el Currículum, la formación inicial/ continua y características del profesorado, personalización del aprendizaje, etc.

Tal vez el capítulo que me resulta más interesante es el último, en el que intenta dar las claves para cambiar el clima general y termina compartiendo la cita de Benjamin Franklin sobre las clases de persona que hay en el mundo, y que por tanto, también en las escuelas:

«Hay tres tipos de persona: las que son inamovibles, las que son movibles y las que se mueven… Las primeras no ven la necesidad de cambiar y no quieren hacerlo… mi consejo es dejarlas en paz… el tiempo juega en favor de la renovación. Luego están las movibles, ven la necesidad de cambiar y quizá no sepan qué hacer, pero están dispuestas a actuar si alguien consigue convencerlas. Colabora con ellas y estimule su energía. Y finalmente, las que se mueven… agentes de cambio que son capaces de imaginar un futuro distinto y están resueltas a hacerlo realidad… Como dijo Gandhi, si queremos cambiar el mundo, debemos ser el cambio que queremos ver». (página 322). ¿Qué tipo de docente/persona eres?

En definitiva, es placentero siempre escuchar o leer a Sir Ken Robinson, aunque si tengo que elegir entre uno y otro, prefiero escucharlo.

Fuente: El Español

Por otro lado nos encontramos a César Bona, en este caso prefiero leerlo a escucharlo ya que sus charlas son demasiados cortas. Su último libro trata sobre las escuelas changemakers , escuelas que se convierten en agentes de cambio. Son siete experiencias por todo el país que nos acerca a buenas prácticas educativas y sobre todo, aporta muchas ideas para llevar al aula y eso es de agradecer. Todas ellas se basan en darles responsabilidades al alumnado y hacerles partícipes de su aprendizaje. En este sentido, nos encontramos ricas actividades como:

  • Bibliotecarios y televisión escolar  (experiencias de Amara Berri, páginas 37, 45).
  • Mediadores y gusanillo de lectura, bibliopatio (C.E.I.P. La Biznaga, páginas 66, 75, 84).
  • Asambleas en secundaria (colegio Padre Piquer, pág. 164).
  • Trabajo por zonas (Amara Berri, pág. 35).
  • Trabajo por proyectos (Escuela de Alpartir, pág. 206).
  • Nube de preguntas, mapa de aprendizaje, menú de juegos y secuencias didácticas (Escola Sadako, páginas 247, 250, 253, 257).

Es grato que leyendo el libro haya encontrado multitud de similitudes con el trabajo que realizo dentro del aula, ¿seré un agente de cambio?

Además de las actividades, César comparte sus impresiones y da voz a los/as docentes, familias y alumnado de los distintos centros por lo que la riqueza de la obra es aún mayor. Entre las opiniones que comparto y que dejo para su reflexión nos encontramos las siguientes:

«En la mayoría de las escuelas parece que Infantil sea un mundo y primaria otro muy diferente. En Infantil se puede jugar; en primaria hay que empezar a trabajar» (pág. 34).

«Hay que invitar a los niños a participar y a tomar decisiones Si a un niño le dices: Pon tú las reglas, porque este sitio te perteneces, quien primero respetará el lugar y las normas establecidas será el niño»(pág. 67).

«Muchas veces nos abrazamos a nuevas metodologías o distintos enfoques innovadores que pretenden acabar con el fracaso escolar de un modo innovador y, sin pretenderlo, desnaturalizamos la educación privándola de lo más básico. La educación no puede funcionar sin sentido común…» (pág. 155).

«Lo importante no es la respuesta sino lo que aprenden durante el proceso. Ahora entiendo por qué sigue fallando el sistema educativo: se les piden respuestas continuamente, pero unas respuestas que previamente les hemos dado para que aprendan. Sin embargo, todo el proceso se queda en el camino…» (pág. 247).

«Debemos invitar a nuestros chicos y chicas a crear obras maravillosas…» «La escuela ha de involucrarse más en la sociedad…» «El trabajo cooperativo no puede ser una moda en las escuelas: colaborar, ayudarse y mirar objetivos juntos, la empatía, la creatividad, la resolución de los problemas…» «…la clave está en formar equipo…» «…se necesitan líderes en los centros educativos…» «yo confío en ti» (págs. 329,330 y 331).

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