Webmix de recursos bilingües (webs, juegos, blogs y canales de youtube) vía Symbaloo:
Si estás en la versión móvil, mejor accede al webmix desde Symbaloo >acceso en symbaloo
Síguenos en:Webmix de recursos bilingües (webs, juegos, blogs y canales de youtube) vía Symbaloo:
Si estás en la versión móvil, mejor accede al webmix desde Symbaloo >acceso en symbaloo
Síguenos en:La quinta y última sesión del curso «aprender a programar por competencias (iniciación)» del CEP de Málaga y celebradas en octubre, la dedicamos al título del curso «programar por competencias». Considero necesario que antes de programar debemos conocer la legislación y querer/saber trabajar y evaluar por competencias, por último, cuando todo lo anterior está dominado centrarnos en el papeleo de la programación, ya que haciéndolo al revés carece de sentido todo el trabajo que vayamos a elaborar. El «papeleo» tiene que servir como guía durante todo el curso escolar por lo que es necesario conocer nuestro alumnado, los recursos de los que disponemos, nuestros puntos fuertes y débiles, las metas a conseguir, etc. y con todos esos ingredientes bien mezclados y aderezados nos saldrá un delicioso plato (programación didáctica) que iremos degustando UDI a UDI.
Para comenzar, se realizó un pequeño resumen de la evaluación y nos pusimos a programar nuestra UDI (Unidad didáctica integrada), aquella que comenzamos a planificar en la segunda sesión. La manera en la que programo está basada en la programación de UDIs de Séneca, de tal manera que nos resulte sencillo pasar de papel a Séneca. Me parece bastante complejo intentar programar en Séneca sin haberlo hecho antes en papel.
La programación de la UDI se divide en tres partes:
Una vez explicada la programación en papel se enseñó la manera de hacerlo por Séneca. Si hubiéramos tenido más tiempo y el curso de iniciación lo hubiese requerido pues nos habríamos puesto a toquetear Séneca creando una UDI (titulo, justificación, temporalización, materias, profesorado participante, etc), eligiendo indicadores, añadiendo tareas, planificando actividades, elaborando la rúbrica de cada indicador y seleccionando instrumentos de evaluación hasta llegar a introducir la calificación de cada indicador. Pero como no había tiempo y no era misión de este curso, solo pudimos verlo de pasada.
Por último y antes de que entráramos de lleno en la programación didáctica, se comentó la importancia de difundir las prácticas educativas que se desarrollan dentro del aula y en el centro educativo, es fundamental, ¡hay que difundir todo lo que hagamos! La mejor manera es hacerlo a través de las redes sociales ya que es lo más inmediato y directo que actualmente tenemos. También, además de difundir a la sociedad, es necesario difundirlo entre las familias para que por un lado estén informadas de lo que se hace en clase y colaboren y por otro para que conozcan, tanto familias como alumnado, la forma en la que se les va a evaluar a los/as críos/as.
Y ya la guinda del pastel, la programación didáctica. A la hora de programar se pueden hacer de diferentes maneras y aquí comentaré algunas que conozco pero hay que decir que todas, por normativa, deben desarrollar los siguientes puntos y como mínimo centrarse en el ciclo:
En el punto número 3: objetivos, secuenciación y distribución temporal de los contenidos (teniendo en cuenta los dos cursos), los criterios de evaluación para cada una de las áreas e indicadores de evaluación, es donde se encuentra el meollo de la cuestión. Podemos desarrollar este punto de cuatro maneras:
La burocratización del trabajo docente, el papeleo, es lo que menos nos gusta a los/as docentes pero ya que lo tenemos que realizar, mejor que sea con sentido y nos permita reflexionar.
A continuación la presentación utilizada,
Síguenos en:La cuarta sesión del curso «aprender a programar por competencias (iniciación)» del CEP de Málaga y celebradas en octubre, la dedicamos a «evaluar por competencias». Dentro de las competencias y de la educación en general, la evaluación sea tal vez el aspecto que más interrogantes plantea, además supone mucha dificultad cambiar el paradigma de una evaluación cuantitativa por una cualitativa cuando al final hay que introducir una nota numérica en Séneca. No obstante, durante todo el proceso el profesorado debe evaluar de la manera más cualitativa y objetiva posible, y no solo el profesorado, sino también el alumnado e incluso, las familias podrían participar.
Para desarrollar toda la sesión y como en las anteriores, seguimos poniendo en práctica el aprendizaje cooperativo con los equipos que ya teníamos formados. A partir de ahí comenzamos a reflexionar acerca de nuestra evaluación, en la cual prima el trabajo diario frente a exámenes escritos aunque estos últimos siguen teniendo gran importancia y puede que las familias les otorguen más que los propios docentes, por ello los/as maestros/as debemos hacer pedagogía respecto a ello en nuestras aulas.
Se realizó un pequeño análisis de la normativa vigente, en donde pudimos descubrir el carácter formativo de la misma y la necesidad de utilizar criterios de plena objetividad. Es necesario que tanto alumnado como familias conozcan la forma en la que se evalúa, a través de qué instrumentos y cuales son los criterios utilizados, intentando en todo momento disminuir la subjetividad que subyace. En este sentido una evaluación basada en evidencias se presenta como la mejor opción.
Durante gran parte de la jornada nos centramos en las mecánicas, instrumentos, evaluadores y apps educativas. De manera resumida:
Ya en la última parte, abordamos las competencias clave y cómo se podía describir el nivel competencial adquirido por un alumno y las competencias que nuestra UDI puede desarrollar (esta UDI se comenzó a elaborar en equipos durante la segunda sesión y se finalizó en esta adjuntando la evaluación de la misma).
A continuación la presentación utilizada,
Síguenos en:La segunda y tercera sesión del curso «aprender a programar por competencias (iniciación)» del CEP de Málaga y celebradas en octubre la dedicamos a «trabajar por competencias». Mi objetivo durante las mismas era ofrecer unas pautas claras para definir tareas y ofrecer un amplio abanico de enfoques metodológicos y recursos tecnológicos que fomentan la adquisición de las competencias.
Para desarrollar todo el trabajo, plantee hacerlo a través del aprendizaje cooperativo, normalmente funciona mejor con los estudiantes que con el profesorado, aún así, me gusta dar unas cuantas pinceladas posibilitando un ambiente más cooperativo y una formación en acción.
Para ello, se dividió el aula en distintos equipos pertenecientes a cada ciclo de Primaria, esto ayuda en el desarrollo de todo el trabajo. Tuvieron que crear su nombre, reparto de roles, compromisos, etc. Una vez superada esa fase comenzamos a explicar los pasos que suelo seguir para elaborar una UDI (unidad didáctica integrada), los cuales quedan recogidos en el siguiente video elaborado con PowToon:
Para ayudarnos en el diseño utilizamos el siguiente canvas (lienzo en inglés) elaborado por @gabrielmarin14 donde se recoge de manera visual todas las partes que son necesarias definir:
1.-Producto / tarea final
Cuando nos planteamos abordar el trabajo de una manera competencial, la mejor manera de hacerlo es a través de tareas de aprendizaje (así lo recoge el currículo). Deberemos definir un producto final tangible que el alumnado, normalmente en equipo, deba elaborar y si además lo tienen que exponer, mejor que mejor. Entre los productos que se pueden plantear nos encontramos con: maquetas, exposiciones artísticas, lapbook, cuentacuentos, etc. Todo dependerá de la edad, los recursos y los criterios/bloques de contenidos que nos planteemos desarrollar. Además, estos productos pueden ser digitales si utilizamos alguna app, si lo son los llamaremos artefactos digitales.
Ejemplos de productos finales (realizados en el aula) y de artefactos digitales por @Conecta13
2. Implicación de las áreas
Ya tenemos claro a donde tenemos que llegar, pues el siguiente paso es determinar que áreas se implicaran en el proceso, qué granito de arena y cómo lo van a aportar. Es fundamental tener claro ese producto final y nunca desviarnos de él. No todas las áreas tienen porqué participar, dependerá de ese producto y del equipo educativo que haya.
Más no tiene que significar mejor, de ahí el dicho, menos es más. Así que cuando hemos determinado las áreas que intervienen pasamos a rellenar el siguiente cuadro:
En él nos encontramos algo muy importante que debe haber en toda UDI que se precie y es la «actividad motivadora», de ella depende que nuestro alumnado se enganche desde el primer momento. Puede ser desde un objeto hasta una excursión. Una vez decidida, cada profe desde su área, piensa que pueden aprender el alumnado en la consecución de la tarea final, que actividades se pueden realizar, ver si éstas pueden fusionarse con otras planteadas desde otras áreas creando productos/tareas parciales y la definición de una temporalización, ayuda mucho tener (mentalmente y/o en lugar visible del aula) todo el recorrido de nuestra UDI.
¡Ah! No se puede olvidar de prever los recursos, espacios, personal… que vamos a necesitar.
3. Concreción curricular
Vamos a toda máquina y nos toca fundamentar curricularmente los pasos anteriores, para ello acudimos a la orden 7 de marzo de 2015 y concretamente a los indicadores, no confundir con estándares, éstos últimos se refieren a toda la etapa mientras que los primeros son a nivel de ciclo y para Andalucía. Nos basamos en los indicadores porque es lo más concreto de todo el currículo y permite definir los resultados de los criterios de evaluación.
4. Filtro alumnado
Este paso es flexible, con esto me refiero a que no tiene que ser siempre el paso 4, podemos moverlo a conveniencia. Esto consiste en conocer los conocimientos previos de nuestro alumnado, sus intereses y necesidades. Se puede realizar a través de alguna rutina de pensamiento, de estructuras simples cooperativas, etc. Con ello conseguiremos que conecten un poco más con la UDI y sea más significativa. Hay que tener en cuenta que este paso, en mayor o menor medida, modifica los pasos anteriores.
5. Metodologías activas
Y por fin llegamos al meollo de la cuestión, el día a día, ¿cómo trabajamos? Siempre recomiendo cualquier metodología o pedagogía activa, aquellas que implican realmente a los estudiantes, cambian su rol y el del docente promoviendo unos procesos de adquisición de contenidos alternativos y haciendo una evaluación realmente cualitativa.
Bajo el término «metodologías activas» yo englobo las siguientes: aprendizaje cooperativo, aprendizaje basado en proyectos, aprendizaje basado en problemas, flipped learning, gamificación… y un largo etcétera.
En la siguiente presentación utilizada durante las sesiones hay más información al respecto:
Los últimos pasos: 6. Evaluación y 7. Competencias clave los desarrollaré en el próximo post.
Para ver y descargar los recursos materiales repartidos y utilizados durante la sesión, acceder a estuche: competencias clave
Síguenos en:A finales de junio ’17 recibí una llamada de @jaimecores asesor del CEP de Málaga en la que me proponía impartir una formación de 15 horas sobre Competencias Clave, concretamente el curso se titulaba «Aprender a programar por competencias (iniciación)» y en poco tiempo tuvimos que diseñar las sesiones en las que se dividiría el curso. Cada sesión giraba en torno a una temática concreta e intenté, en la medida de lo posible, utilizar diferentes enfoques metodológicos. Así quedaron las distintas sesiones:
La primera sesión tenía por título «contextualizar competencias» y se trataba básicamente de un acercamiento a la normativa base que rige las competencias clave: real decreto, decretos, órdenes, etc. Un sin fin de legislación pero es algo que todo docente debe dominar aunque es muy aburrido. Por ello, tuve que pensar la manera de plantear el contenido de una forma entretenida y práctica, como siempre intento que sean mis formaciones, pero la legislación muy entretenida no es. Así que, decidí hacer una pequeña experiencia gamificada (gamificación es el empleo de mecánicas de juego en entornos no lúdicos).
La narrativa iba a ser «Juego de Tronos» convirtiéndonos en salvajes del otro lado del muro con el objetivo de llegar a ser la Mano (competencial) del Rey. Con este video comenzaba la aventura:
Para desarrollar las mecánicas y dinámicas, los salvajes se agrupan en tribus (con su nombre, escudo, etc.) y van realizando una serie de pruebas que tienen que superar (explicadas en el cuaderno salvaje). Cada vez que superan una, obtienen una recompensa (escudos) y se van acumulando en los paneles de equipo:
Al final del juego, hay una batalla de tribus y la que más escudos tenga se convierte en la Mano Competencial del Rey dirigiendo la educación por competencias en Poniente.
A través de esta gamificación se va cogiendo práctica en el manejo de la legislación, puesto que las pruebas a las que se enfrentan están basadas en actividades legislativas.
A continuación la presentación utilizada durante la ponencia gamificada.
Los recursos utilizados y repartidos entre los asistentes están en estuche: competencias clave.
Síguenos en:
Haciendo clic en los títulos se accede a las ponencias.
Síguenos en:Para finalizar segundo de primaria realizamos una UDI titulada «Espacio Exterior» en la que abordamos la Tierra, la Luna, el Sol, los planetas y algún misterio galáctico.
Es un tema que le resulta muy interesante a los más pequeños y por eso decidimos llevarlo a cabo pero… mayúscula es nuestra sorpresa cuando constatamos que esta temática es tratada en los libros de textos pero NO en la legislación de primer ciclo. Lo único que aparece en la legislación y que tiene algo de relación es el siguiente criterio e indicador de Ciencias Sociales:
C.E.1.4. Reconocer los puntos cardinales utilizando correctamente las nociones topológicas básicas de posición y cercanía (arriba-abajo, dentro-fuera, derecha-izquierda, interior-exterior, etc.) para orientarse en el entorno más cercano, representándolas con dibujos, situaciones y juegos sobre espacios limitados.
CS..1.4.1. Adquiere nociones básicas de orientación espacial, representando en un mapa el planeta Tierra y los puntos cardinales (CCL, CMCT, CD).
De todas formas decidimos utilizar la temática para trabajar diferentes áreas (Lengua, Ciencias Sociales, Ciencias Naturales, Inglés y Artística) puesto que, como he comentado anteriormente, motiva mucho al alumnado y a través de ella podemos trabajar/evaluar una gran variedad de contenidos y destrezas.
A continuación la información enviada a las familias y comentada con el alumnado para que supiesen el reto al que se enfrentaban:
Esta UDI nos enseñó que hay que primero nos tenemos que guiar por la legislación y posteriormente inspeccionar los libros de texto por si hay algo que nos pueda interesar y no al revés.
Otra educación ya es posible (Almudena García, 2017) es una obra que nos introduce en el mundo de las pedagogías alternativas o activas. No son nuevas, siempre han estado ahí o por lo menos desde el siglo pasado, lo que ocurre que ahora están siendo más conocidas por la sociedad.
«Los alumnos deben pasar cada vez más horas en el aula, haciendo deberes o en clases de refuerzo o extraescolares. Por el bien de los niños, no se les está permitiendo ser niños» (página26).
¿Las alternativas? Las pedagogías activas en las que el alumnado se convierte en el protagonista de sus propios aprendizajes respetando sus ritmos, jugando, cooperando, convirtiendo la disciplina en autodisciplina, valorando la diversidad, desarrollando el pensamiento crítico, conectados con el mundo natural y social, en definitiva, dejando que sean niños.
«La educación es concebida como el medio para construir un mundo mejor» (página 33).
En el camino de las pedagogías activas nos encontramos con grandes pedagogos como María Montessori:
«… el fin de esta pedagogía es ayudar a alcanzar al niño todo su potencial como ser humano, a crecer como un individuo libre. Y el primer paso hacia la libertad es la autonomía» (página 37).
Para Montessori la función del educador es ser guía en los aprendizajes explicando los materiales y proponiendo desafíos en el «ambiente preparado», diferentes áreas (vida práctica, sensorial, matemática, lenguaje, cultural) para ir desarrollando esa autonomía.
Siguiendo este camino nos encontramos con Steneir, creador de la escuela Waldorf:
«Steiner defendía que el aprendizaje es más eficiente cuando se realiza por inmersión, es decir, cuando podemos dedicar el mayor tiempo posible a un tema. (…) la pedagogía Waldorf es directiva, contando con un currículum propio, con distintos temas a trabajar por cursos» (página 66).
También aparecen pedagogías que no tienen un creador claro caso de Summerhill, Sudbury, pedagogía Libertaria, educación viva, comunidad de aprendizaje, ABP, educación lenta, escuelas bosque… que la autora las engloba en dos capítulos «Educación libre y educación democrática» y «Otros enfoques». Cada una tiene sus propias características y modo de funcionar pero todas comparten que:
«El alumno no ya no se concibe como una vasija vacía destinada a ser llenada por el adulto. Deja de ser un sujeto pasivo, que memoriza y repite, para convertirse en agente de cambio» (página 81).
«… enseñar exige saber escuchar y respetar los saberes de los alumnos. Enseñar y aprender implican un descubrimiento propio y ajeno» (página 81).
Durante los últimos capítulos se dan respuestas a una serie de preguntas llegando a encontrarnos una reflexión sobre la educación.
«Ninguna pedagogía es ilegal. Los currículums oficiales establecen unos objetivos mínimos que los alumnos deben alcanzar, pero no obligan a seguir un determinado enfoque pedagógico» (página 158).
«Lo que está claro, es que en estas escuelas se adquieren habilidades que son minusvaloradas por la educación tradicional, como la capacidad de trabajar en equipo, de defender las propias ideas o de hablar en público» (página 165).
«Ninguna de las nuevas pedagogías es perfecta, pero todas se han ocupado de elaborar respuestas a muchos de los problemas que plantea el sistema actual. (…) Hoy en día, con los índices de fracaso escolar por las nubes y la motivación de los alumnos por los suelos, parece necesario no quedarse en lo de siempre» (páginas 197-198).
En definitiva, es un buen libro para introducirse en estas pedagogías, tal como indica su portada, y a partir de ahí indagar en aquellas que más nos interese. Mencionar que este libro es fruto del trabajo que la autora desarrolla en Ludus, un directorio que creó hace unos años para dar a conocer todas estas iniciativas.
¡Enhorabuena Almudena! #Recomiendo
Síguenos en:Educar en el asombro (Catherine L’Ecuyer, 2012) es un libro refrescante que nos incita a reflexionar sobre nuestra sociedad, la infancia, la educación y sobre todo, el asombro, motor de la motivación.
El libro se divide en dos partes, mientras te paseas entre las páginas de su primera parte descubres como nuestro modo de vida promueve la sobreestimulación de los más pequeños sin ningún tipo de necesidad, sin respetar el ritmo de cada uno. Parece que es imprescindible que un niño ande, hable, escriba y lea lo más pronto posible… pero ¿para qué?
«En contra de la creencia popular, no existen evidencias neurocientíficas que justifiquen empezar la educación formal cuanto antes». (página 39).
Con ello no se incita el auto descubrimiento utilizando el tiempo necesario y los propios medios sino todo lo contrario, la dependencia de lo instantáneo sin esfuerzo alguno. Todo ello va modelando a los más jóvenes que caen en una desmotivación continua, impulsividad desmedida, hiperactividad, etc.
«Lo que sí sabemos es que la sobreestimulación está presente de forma sostenida en el entorno en el que se encuentran la mayoría de los niños de hoy en día. (…) varios otros estudios asocian el consumo de televisión y de videojuegos con problemas de atención y el visionado de series violentas antes de los tres años con problemas de atención y de impulsividad a los siete años» (página 49).
En el libro se aboga en todo momento por el asombro y de educar en él
«El asombro es el deseo de conocimiento. Ver las cosas con ojos nuevos permite quedarnos prendados ante su existencia, deseando conocerlas por primera vez o de nuevo». (página 31).
«Educar en el asombro consiste en respetar su libertad interior, contando con el niño en el proceso educativo, respetar sus ritmos, fomentar el silencio, el juego libre, respetar las etapas de la infancia, rodear al niño de belleza, sin saturar los sentidos…» (página 66).
Y en esta idea de educar esta basada la segunda parte del libro en la que encontramos aportaciones tan interesantes y sensatas como las siguientes:
«Algunos estudios confirman que el tiempo de juego sin demasiadas estructuras es fundamental para que el niño pueda desarrollar la capacidad de resolución de problemas, para fomentar la creatividad y para desarrollar su capacidad de mantener la atención» (página 76).
«La forma más directa y eficaz de matar el asombro de un niño es darle todo lo que quiere, sin ni siquiera darle la oportunidad de desearlo. La falta de límites y el consumismo frenético en los niños destruyen el asombro porque así los niños dan todo por supuesto» (página 80).
«La naturaleza es una de las primeras ventanas de asombro del niño, y es ciertamente la ventana que puede ayudar a recuperar el sentido del asombro a quien lo haya perdido» (página 89).
«Vemos a los niños lentos porque comparamos su ritmo con el nuestro» (página 96).
«Saltarse las etapas de la infancia es despreciar el mecanismo con el que cuenta la naturaleza para asegurar un buen desarrollo de la personalidad» (página 110).
«El silencio es una parte muy importante del aprendizaje y es necesario para la reflexión, una de las cualidades que caracteriza a la persona humana» (página 119).
En definitiva, un buen libro que nos recuerda cuan importante es la infancia y de lo indispensable que es incluir en la sociedad a los niños y sus valores:
Síguenos en:«El niño nos recuerda los valores de la paz, la solidaridad, la transparencia, la delicadeza, el optimismo, la protección de la inocencia, la empatía, la compasión, la dignidad de la vida humana, la alegría, el agradecimiento, la humildad, la sencillez, la amistad» (página 171).
Ser maestro (Raúl Bermejo, 2017) es un libro que engancha llegando a ponerte en la piel del autor a través de sus experiencias y opiniones. Totalmente recomendable para cualquier docente o interesado/a en la educación. El libro se centra en la etapa de Educación Infantil pero sus enseñanzas traspasan esa etapa debiendo impregnar a las demás, la Educación Infantil es fuente inagotable de innovación y mejora para nuestro sistema educativo.
Rául Bermejo invita al lector a realizar un viaje por 16 capítulos, son breves pero con gran contenido para que uno pueda reflexionar a través de sus exposiciones.
En la introducción ya nos ofrece algunos tintes que impregnarán todo el escrito destacando la importancia de la educación y la labor de los maestros, así como el protagonismo del alumnado y de las familias.
«Lo principal para un maestro… es formar a los niños y niñas en todos sus aspectos, en conocimientos, por supuesto, pero sobre todo en valores, en emociones y creatividad, aspectos fundamentales en cualquier ser humano» (página 14).
Durante el resto de capítulos se defienden ideas tan sensatas como:
«Si confiamos en ellos, desarrollaremos su autoestima, su seguridad y su confianza en sí mismos. Nuestros alumnos recuperarán las ganas de aprender» (página 36).
«Por favor…dejemos que se pierdan para que ellos vuelvan a encontrarse» (página 48).
«Creo que la educación en valores hay que trabajarla desde edades muy tempranas… Debería ser algo primordial y prioritario, por encima de otros muchos contenidos que se trabajan en estas etapas educativas,…» (página 88).
«¿cuándo escuchamos nosotros lo que ellos tienen que decirnos? Los protagonistas del proceso de enseñanza-aprendizaje son los niños y las niñas, no somos los adultos. Debemos lograr que los niños sientan que pertenecen al proceso y que su palabra tiene valor para nosotros, y debemos establecer una buena base, donde se sientan afectivamente seguros. Y aquí entra en juego la asamblea,…» (página 96).
«…creo que hay que hacer actividades motivadoras en familia, disfrutar de los hijos y no olvidar (cosa que ocurre demasiado a menudo) un factor muy importante: los niños están en constante aprendizaje» (página 105).
«…no olvidemos que si los niños no conocen lo que tiene a su alrededor, difícilmente podrán protegerlo y mucho menos disfrutarlo» (página 111).
Llegando al final del libro nos encontramos con un capítulo basado en entrevistas sobre educación. Son realizadas a varias personas de distintas edades y generaciones a las que les propuso una serie de preguntas que giraban entorno a: los maestros en sus escuelas, anécdotas de los días de estudiante, la evolución de la educación y requisitos para un maestro. En todas las respuestas quedan reflejadas cuan importante es o debería ser la educación.
Como conclusión nos encontramos la última joya del libro, las reflexiones finales que realiza el autor y de ellas estas son las que más me han llamado la atención:
«En el ámbito de la educación, las personas encargadas de que se produzcan los milagros son los propios maestros» (página 145).
«En educación tenemos la idea de que el niño es como un cesto que hay que llenar de conocimientos, pero en verdad es una semilla que más tarde terminará siendo árbol» (página 145).
«Si no amas tu trabajo, se notará en tu forma de enseñar, en el trato con los alumnos y alumnas y en tu vida en general. La palabra maestro debe ir unida a la palabra vocación» (página 149).
Un libro que denota amor por la profesión, por ser maestro. #Recomiendo
Síguenos en: