Buenas prácticas

En Noviembre recibí la llamada de la asesora Fina del CEP de Málaga para organizar una formación en centros sobre distintos ámbitos, amablemente me envió el proyecto de formación, lo que me ayudó mucho en el diseño de las ponencias.

Días después concertamos una cita en el CEP con la coordinadora del proyecto, Rocío, un encanto de seño, y les planteé el borrador que había realizado días antes. Éste consistía en una primera ponencia sobre «buenas prácticas». La verdad que es muy útil mantener entrevistas iniciales donde plantear los borradores, ya que sirve para conocer a los responsables de los centros, los asesores y, sobre todo, adaptar la formación a lo que realmente necesitan.

La primera ponencia versa sobre, lo que yo denomino «buenas prácticas», un compendio de prácticas docentes que conozco y/o he desarrollado, las cuales me parecen útiles y exportables a otros contextos. Evidentemente, cualquier cambio que se introduzcan en las aulas es complicado, pero con tiempo, paciencia, reflexión y modificaciones futuras, se puede convertir en un éxito.  Todo es cuestión de intentarlo y de ir introduciendo paulatinamente pequeños cambios en nuestra realidad educativa. Si se quiere, se puede… por lo menos, se puede intentar.

Durante la ponencia, el profesorado fue muy participativo y receptivo, a pesar de que las realidades educativas que vivimos son completamente opuestas. No obstante, toda realidad, todo centro educativo e incluso toda aula es diferente, con lo que incito a que cojan ideas, las personalicen y la lleven a la realidad a su manera. Me sentí muy a gusto durante la misma, tanto que no hubo ni descanso, tres horas seguidas, apenas salían al baño y veía en sus caras que lo que les estaba contando les interesaba y al final, me transmitieron que les había llamado la atención y que estaban satisfechos. Por lo que por mi parte, misión cumplida.

A continuación se puede ver la presentación utilizada en la ponencia.

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