Asamblea

La exposición oral es algo que me parece fundamental desarrollar en el aula y una destreza esencial para todos, da igual si tienes 6 años como si tienes 50, es necesario saber exponer tus ideas, rebatir argumentos… Todo ello con una entonación y volumen adecuado, amplio vocabulario… Algo bastante complejo, pero realmente necesario.

Cuando era estudiante jamás me enseñaron a exponer y, además unido con la timidez, me parecía un infierno cuando lo tenía que hacer, raras ocasiones. Ya en la universidad, la exposición se hacía más frecuente, pero seguían sin dar pautas o enseñarte. La prueba de fuego llega cuando tienes a un grupo de familias en la primera reunión del curso, no es lo mismo dar clase, o exponer ideas ante los peques, que hacerlo ante sus progenitores. Conforme ha ido pasando los años, uno ya se siente más a gusto hablando en público, prueba de ello son las formaciones que imparto, que lo hago principalmente para seguir desarrollar mi oralidad y superar la timidez.

Debido a todo ello, la oralidad debe estar dentro de las aulas y, a veces, brilla por su ausencia en Educación Primaria, pero ¿por qué? Tal vez se deba al «no hay tiempo», pero… ¿es más importante las raíces cuadradas que hacer una exposición?¿es más importante un examen escrito que una presentación? Evidentemente, mi opinión es que no e incluso tengo la idea de que el saber hablar en público es uno de los más importantes saberes y desde la escuela debemos fomentarlo.

En Educación Infantil, lo fomentan a diario, a través de la asamblea, pero ya en cursos superiores se reduce a algún trabajito de ciencias o cuando hay que solucionar un conflicto. Considero que la asamblea es una de las mejores herramientas para el desarrollo de la competencia lingüística y no solamente esa, pero ¿qué es? La asamblea, según Monstse Poyatos, «es una herramienta de gestión de grupos que fomenta el desarrollo de competencias comunicativas como la expresión oral, el debate, la escucha activa, la negociación y el consenso». Esta definición nos brinda la idea de la asamblea como lugar de encuentro para la resolución de conflictos, toma de decisiones, etc. En algunos centros la tienen estipulada como «sesión de tutoría» y es acertado, además en mi aula también se realiza cuando es necesario, pero mis asambleas diarias y que llevo realizando desde que empecé en infantil va más allá, es un momento de la jornada en el que el alumnado participa exponiendo trabajos, experiencias, recomendaciones, etc. Es una manera para que cojan «tablas» para hablar ante un público y venzan su timidez, y se nota, realmente se nota.

Durante este curso, decidí dar un empujón a la asamblea y centrarla en la oralidad individual más que en la grupal, ya que el curso pasado se focalizó en esta última, pero esto no quiere decir que solo haya presentaciones, sino que además de las presentaciones hay anotaciones, preguntas, valoraciones del resto del grupo.

A continuación dos videos informativos, el primero de ellos es del curso pasado (1º primaria) cuando se realizaron una serie de modificaciones en la asamblea. El segundo es de comienzos de este curso (2º primaria) en el cual se detallas las actividades diarias en las que el alumnado puede participar.

 

Para llevar a cabo las exposiciones, el alumnado y las familias deben tener una guía para tener en cuenta que puntos hay que tratar y cómo ayudar a sus hijos e hijas. Para ello se envió el cartel de la izquierda.

Además, mientras los/as ponentes están exponiendo, el público debe llevar a cabo unas actividades que van cambiando según el día acorde a la temática. De tal manera se fomenta la escucha activa y la concentración y, una vez terminada la presentación, pueden participar valorando, comentando, etc.

Otras actividades que se pueden realizar son por ejemplo: improvisación sobre un tema, respuestas fundamentadas de preguntas, monográficos, debates, etc.

Por último, y no menos importante, comentar que en la legislación vigente viene contemplada esa importancia a la oralidad de la que estoy hablando, existiendo dentro del área de lengua 4 objetivos generales sobre este asunto, 4 de 8:

  • O.LCL.1.  Utilizar  el  lenguaje  como  una  herramienta  eficaz  de  expresión,  comunicación  e  interacción  facilitando  la  representación,  interpretación  y comprensión  de  la  realidad,  la construcción  y  comunicación  del  conocimiento  y  la  organización  y  autorregulación  del  pensamiento,  las  emociones  y  la conducta.
  • O.LCL.2. Comprender y expresarse oralmente de forma adecuada en diversas situaciones sociocomunicativas, participando activamente, respetando las normas de intercambio comunicativo.
  • O.LCL.3. Escuchar, hablar y dialogar en situaciones de comunicación propuestas en el aula, argumentando sus producciones, manifestando una actitud receptiva y respetando los planteamientos ajenos.
  • O.LCL.8. Reflexionar sobre el conocimiento y los diferentes usos sociales de la lengua para evitar estereotipos lingüísticos que suponen juicios de valor y prejuicios clasistas, racistas sexistas u homófobos valorando la lengua como medio de comunicación.

 

Espero y deseo que con las asambleas el alumnado desarrolle al máximo su competencia lingüística y la escucha activa, potencien su autonomía, combatan la timidez y fomenten su creatividad.

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Bona, César

Para iniciar las reseñas bibliográficas comienzo con César Bona, ¿por qué? Porque es un maestro, no es un pedagogo renombrado, no es un catedrático metido en la universidad, no es un gurú educativo… es un simple maestro, y eso ya es decir mucho.

La nueva educación es casi una biografía profesional de César, donde cuenta sus experiencias desde sus inicios, sus anécdotas con el alumnado y básicamente, lo que hace en su clase. No es un manual a seguir, es un escrito para reflexionar y para «pillar» ideas con el fin, si se desea, de personalizarlas en las aulas.

Me gusta mucho la importancia que da a que el alumnado se exprese, enseñe a hablar en público aunque se sea tímido. Es esencial ese aspecto, que el alumnado hable, sea escuchado y decida, que se acostumbre a hablar ante una audiencia, es algo que hubiera agradecido en mi etapa estudiantil, me hubiera ayudado mucho a no ser tan introvertido y poder tener más soltura a la hora de expresarme públicamente.

Para abrir boca y animar a su lectura, he escogido algunos fragmentos que me resultan reveladores:

«No podemos olvidar jamás que si queremos enseñar, quienes primero tenemos que estar aprendiendo constantemente somos nosotros» página 30.

«Los maestros somos unos privilegiados porque cada día tenemos la oportunidad de sumergirnos en una piscina infinita de imaginación, de ilusión y de inspiración de la cual todos y cada uno de nosotros se nutre» página 53.

«… tenemos que hacer lo posible para que los niños vayan a gusto a la escuela. E ir a gusto significa sentirse implicado, conservar la esencia que cada uno tiene, manteenr despierta la curiosidad, sentir que se le escucha…» página 115.

Por lo que sino lo has leido todavía, no pierdas la oportunidad. Además, si tienes el lujo de escucharlo, ¡no te lo puedes perder! Merece la pena.

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