rEDUvolution, hacer la REVOLUCIÓN en la EDUCACIÓN (María Acaso, 2013) es un libro que entra por los ojos, una portada llamativa, poderosa, como debe ser tras saber que la ilustradora es doctora en Bellas Artes y su autora profesora de Educación Artística.
Es un libro para leer y para rellenar, ya que trae una serie de propuestas para hacer con el libro como por ejemplo dibujar cuatro cosas que sepas y te gustaría olvidar, apuntar dinámicas de campamento, hacer una lista de estudiantes o mapas mentales de cada capítulo, y todo ello en el libro, sí, dentro del libro ¡mola!
Presenta cinco capítulos en los que desarrolla la «reduvolution» que es una fusión de revolución más educación, por lo que en todo el recorrido destaca la importancia de hacer cambios reales en los ambientes educativos.
Comienza en el inconsciente con «pedagogía y verdad» centrándose en el cambio que debe producir tanto en el curriculum como en el papel del docente.
«la educación ya no está enlazada con el adiestramiento sino con la gestión de conocimiento, un conocimiento que será interpretado por cada uno de nosotros de forma diferente» (pág. 35).
«la labor docente en el siglo XXI debe ser la del profesor como DJ al explicitar nuestro trabajo como remixeadores, validando la idea de que remixear es crear en vez de crear» (pág. 63).
Continúa con la democracia «pedagogía y poder» en el que describe la importancia de compartir el poder, fomentar la igualdad entre alumnado y también entre docentes y alumnos/as.
» Alterar las dinámicas heredadas no significa que los estudiantes elijan un día la música de fondo, significa que decidan TODOS LOS COMPONENTES DEL ACTO EDUCATIVO: metodologías, sistemas de evaluación, disposición del mobiliario, usos del tiempo, contenidos, salidas…» (pág. 73).
«los profesores en muchos casos estamos obligados a impartir unos contenidos en las enseñanzas formales y la idea es que estos pueden ser abordados de múltiples maneras en el aula y es aquí donde de nuevo entra la democracia» (pág. 86).
El tercer capítulo versa sobre la arquitectura, «pedagogía y cuerpo» determinando que la clase debe parecerse a una reunión en la que los que acuden lo hacen libremente y con ganas de estar allí. Además aporta una serie de ideas sobre como podrían ser las clases.
«los espacios pedagógicos en los que se tiene en cuenta el diseño mejoran el aprendizaje un 25%» (pág. 104).
«La decoración debe estimular, debe potenciar, emancipar…» (pág. 115).
«Pedagogía y simulacro» es el título del cuarto capítulo que considera la escuela como un simulacro. Además da una serie de ideas para hacerlo como transformar el nombre de las unidades en títulos llamativos (naming), recuperar lo inesperado, introducir la cultura visual, gamificación… en definitiva, revisar nuestra metodología y hacerla más acorde con nuestro alumnado.
«tenemos la responsabilidad de transformar el simulacro en experiencia para conseguir un aprendizaje significativo» (pág. 139).
«Debemos tender un puente entre lo que ocurre en el exterior y lo que ocurre en el espacio pedagógico» (pág.171).
En el último capitulo, «invesluar» la evaluación es su estrella invitada.
«tenemos una educación basada en la evaluación en vez de una educación basada en el aprendizaje» (pág. 188).
«La evaluación no debe ser un arma, sino una ayuda, debe ser una herramienta para que el
aprendizaje suceda en vez de ser precisamente su freno» (pág.190).
Para finalizar, mencionar que esta obra es interesante tanto por lo que dice como por lo bien que está diseñada.
Buen tándem entre escritora e ilustradora.
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